miércoles, 6 de mayo de 2015

Lady "LAURA"

          -Éste tampoco!! – reiteraba desilusionada al no encontrar un té que alegrara su paladar.
Insistía desde el primer día, pues por sus propiedades diuréticas buscaba un refuerzo para la dieta.

          Al mirarla me venía el recuerdo de su madre, que curiosamente hacía treinta años me vendió sus patines y los de su hermana para mis hijas.
Y ahora la vida nos había unido en esta calle, cada una en su pequeño negocio.

          Aquella tarde se sentó en la barra.
Yo acababa de servir un té blanco a otra clienta.
La tetera reposaba calentita mientras el reloj de arena distraía la mirada de ambas.
Al servirlo en la taza, su delicado aroma le llamó tanto la atención que replicó:
          -Éste!!! Pónme uno igual!!!

Así fue como Laura empezó a tomar té, pero se le antojó frío, sin azúcar (o sea que nada de granizadora), con hielo y con extra de zumo de limón.
De no gustarle el té pasó a ser “adicta” al blanco con mango y lima.
Antes de abrir su tienda entraba para tomarse uno muchos días.
Otras veces, se lo llevaba yo misma a media tarde, junto con un pequeño bocadillo “bien planchadito”, (como decía ella) o con un par de galletas.

…No se podía tener mas “feeling” entre Laura, Marta (de la que hablaré otro día) y yo!!!
Nuestras tiendas formaban un triángulo perfecto, en el que la única fórmula necesaria no era otra que el apoyo mutuo, la complicidad y la sinceridad.

         Pronto se celebró el Primer Mercado Medieval al que yo asistí y preparé la carta de los tes granizados que decidí llevar para exponer en una pizarra bien visible para todo el público:
A media mañana Laura vino a verme al mercado y me pidió un té frío.
-¿Cuál? -le pregunté.
-Pues cual va a ser? ...El mío!!! ¿No lo has traído?
-Sólo he preparado los que están en la pizarra, -le dije señalando con el dedo.

          La leyó, y al ver que había puesto LADY LAURA como nombre a su té preferido dio un grito de alegría y su abrazo fue tan emotivo que todavía lo siento en mi cuerpo recordando el momento.
          Me sentí mágica al ver que un gesto tan simple podía emocionar de aquella forma a alguien cercano y querido.
En este caso muy cercano por la proximidad de nuestros negocios y muy querido porque el día a día de cuatro años con nuestras LUCHAS personales y nuestro CORAJE por salir adelante nos unió de tal manera que en mi corazón quedó un archivo especial con su nombre.
Ese archivo sabe que se llama Laura Navarro, pero desde entonces el fabuloso recuerdo de tantas vivencias y la nostalgia de horas compartidas, hace que sólo la reconozca como mi "LADY LAURA"





4 comentarios:

  1. Es una pena que haya desaparecido ese triangulo perfecto que compartiais, no volvera a exiistir nada igual , y tambien desaparecieron esos ratitos de algunas tardes en que hablabamos de todo un poco coincidiendo a veces en la misma tienda.
    CUANTO LOHECHO DE MENOS!!!!!!!

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    1. ...pues siii, es una pena!!! pero en esta vida todo son ciclos, y los tenemos que aceptar como vienen, confiando en que todo pasa por algo.
      Yo me siento muy satisfecha de haber vivido aquella etapa maravillosa en la que tuve el placer de conocer a gente tan fantástica como para escribir un libro.
      Gracias Conchi por tu comentario. Un abrazo

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  2. añoro aqueñlos.momentos , tus consejos y consuelos acompañados de una gran te.Contigo los tes eran aun mejor

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    1. yo también los añoro!!! pero se que aquello sirvió para tener la confianza de que ahora siempre nos tendremos para lo bueno y para lo malo.
      Un beso mi Lady!!!

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